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Reseña Histórica

 

Han transcurrido sesenta años desde que en este lugar de la comuna de Ñuñoa, elegido y apartado para Dios, se constituyó la Iglesia Bautista de Ñuñoa (IBÑ).

 

Dios había puesto, seis años antes, en 1950, en el corazón de la Misionera María Pimm de Moore, vecina de la ahora formada iglesia, el deseo de comenzar una Obra en este barrio. Al comienzo y en conjunto con otra hermana juntaron a niños para hacerles clases y enseñarles acerca del Señor Jesús. Al pasar de los meses se unió su esposo, el Misionero Robert Cecil Moore, y juntos arrendaron un Local en Holanda 2655. 

 

Como en la gran mayoría de las obras misioneras que inician, ellas fueron las mujeres las más fieles en participar (esto en palabras de alguien que participó activamente, la hna. Ruth Moore). 

 

En el año 1951, en el mes de marzo, la familia Moore viaja al extranjero y un nuevo matrimonio misionero, los hermanos Mc Conell, Harry Cecil y su esposa Graciela, se hacen cargo de la misión, “Local Holanda como se le llamaba”, y comienza el trabajo más arduo. Costó mucho sacar adelante la obra, múltiples problemas y una fuerte oposición hacía el trabajo cada vez más difícil.

 

Sin embargo, como confirmación que esta Obra había comenzado en el corazón de Dios, perseveraron en la doctrina y en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones, manteniéndose unidos hasta que a comienzos de 1956. Mientras tanto iglesias hermanas de los Estados Unidos envían una donación que permite comprar la propiedad de Los Leones esq. Dr. Pedro Lautaro Ferrer. Meses más tarde, exactamente el domingo 11 de Noviembre de 1956, a las 3 de la tarde, queda constituida la Iglesia Bautista de Ñuñoa con 29 miembros registrados. 

 

Aquel día, su primera lectura Bíblica fue el Salmo 111 y pudieron “Alabar a Jehová con todo el corazón”, luego cantaron el primer Himno de alabanza y gratitud al Señor: “Todos juntos tributemos”.

 

La entonces misión, se había amparado al alero de una iglesia madre, la Segunda Iglesia Bautista de Santiago, quienes junto a su pastor Don Manuel Gaete, apoyaron en todo momento el trabajo realizado.

 

En Agosto de 1962 y hasta fines del año 1964 se hace cargo de la iglesia el Pastor José Orellana Montealegre. Fueron años muy difíciles. La obra estaba bastante afiatada, sin embargo el enfrentar construcción, compra de mobiliario y tantos otros detalles, hace de este período un periodo de sobrecarga en cuanto a lo material y financiero. Los hermanos lograban salir adelante por medio de la gracia y favor de Dios, enfrentando problemas tan domésticos, como por ejemplo la instalación de la reja (que se destaca entre otras cosas), porque les dio muchísimos dolores de cabeza, casi dos años les llevó su instalación!!!.

 

En la celebración del sexto aniversario, invitan al Pastor Juan Herrera Cid, sin él saber que algún día pastorearía esta iglesia, a realizar Bautismos, impartir la Cena del Señor y además, predicar el Sermón.

 

El 1 de Enero de 1965 y hasta el 1970, el Pastor Santiago Evaristo Pérez Valdenegro llega a pastorear la iglesia, el crecimiento de la membrecía se hace más notable en este periodo, destacándose la participación de los hermanos que con mucho entusiasmo preparan Campañas de Evangelización, se fortalecen las organizaciones y se hace notar el apoyo a la Misión de Peñalolén, nacida por la inquietud de un grupo de hermanos de la iglesia y el compromiso de sacarla adelante, es tarea de todos. 

 

A la partida del pastor Evaristo, el pastor Juan Mc Tyre se encarga de seguir adelante en la conducción de la congregación hasta 1976, año en que el Pastor Juan Herrera Cid, llega junto a su familia a continuar con la tarea de proclamar a Cristo en la comuna de Ñuñoa. Durante este período la iglesia crece en número de miembros y se completa el organigrama modelo que hoy vemos en la práctica de las congregaciones Bautistas. En este periodo le acompañó el Pastor Francisco Coy, luego que el pastor Herrera le invitara a trabajar, y él junto con aceptar se manifiesta contento, pero le dice “con una condición: que tú seas el jefe y yo el ayudante". Tiempo después, el Pastor Coy invita al Pastor Herrera para trabajar junto a él en el Seminario Bautista, y el Pastor Herrera le responde: "siempre que seas tú el jefe y yo el ayudante". Doce años, hasta 1988, pastorea la Iglesia de Ñuñoa. A la partida del pastor Herrera queda por un corto periodo el Pastor Lee Walter, quien junto a su esposa Phyllis, realizan un hermoso Ministerio Músico- Pastoral, en la espera del encuentro con quien se haría cargo como Pastor de la congregación.

 

Llegado el año 1989, el pastor Guillermo Ignacio Catalán Jara, junto a su esposa Raquel y sus 2 hijos, Esteban y Paola, continúan el trabajo en esta comuna. Se destaca el periodo del pastor Catalán, quién además era Rector del Seminario Teológico Bautista, por un arduo trabajo en todas las áreas ministeriales, multiplicando su esfuerzo mucho más allá de su resistencia física. Como iglesia, le acompañamos en su larga y penosa enfermedad, pero también fuimos testigos de cómo Dios día a día sostenía a este Hijo suyo con tanto amor y misericordia. En nuestros corazones está la gratitud a Dios por este Siervo que vino a Ñuñoa.

 

Durante el periodo pastoral del hermano Guillermo Catalán le acompañaron en su tarea otros tres pastores que no podemos dejar de mencionar: Pastor Lee Waker, ocupándose especialmente del área de Adoración y Música, el Pastor Belmiro Monroe y el Pastor Mike Dietz, quienes se dedicaron a trabajar especialmente con los nuevos creyentes que el Señor añadía cada día a la iglesia. Nuestro reconocimiento, en Acción de Gracias a Dios, por el tiempo que nos concedió junto a todos ellos.

 

El pastor Catalán, previendo su alejamiento de la Iglesia por razones de salud, invita a trabajar junto a él al Pastor José Miguel Troncoso Aravena, un joven que llega derrochando mucho entusiasmo, con su “querida Patrona” como llama cariñosamente a su amada compañera y esposa Gina Valenzuela. Junto a ellos venia en un cochecito una bebé, que adoptamos como a hija propia, Daniela José, hoy de 20 años. Cuatro años después llega Catalina Paz, hoy de 17 años, y al final Miguel Alonso de 10 años. Durante dos años trabajaron juntos, hasta que finalmente la familia Catalán decide alejarse de la ciudad de Santiago, y el día ocho de Noviembre de 1998 asume como pastor de la iglesia el hermano José Miguel Troncoso.

 

Nuestro agradecimiento a Dios por cada uno de los miembros de esta familia pastoral y en especial un reconocimiento de la iglesia a nuestro Pastor José Miguel, porque el trabajo para el Señor no ha sido en vano.

 

Agradecemos a Dios porque hasta aquí nos ha permitido también como iglesia apoyar algunas Misiones. Hoy, al igual que ayer, y lo que seguramente vendrá en el mañana, nuestra Iglesia se mantiene deseosa de Servir al prójimo, y su propósito de traer a toda persona a los pies de Jesucristo e integrarlos a la comunidad cristiana, sigue latente para su Honra y Gloria. 

 

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